Las cánulas nasales de alto flujo (CNAF) proporcionan un flujo elevado de hasta 60 L/min, con FiO2 entre 0,21 y 1. Los potenciales beneficios serían: mejoría del patrón respiratorio con disminución de la frecuencia respiratoria (FR).
Una variable propuesta para evaluar éxito o fracaso es el índice ROX (IROX), que combina oxigenación (SpO2/FiO2) y trabajo respiratorio (FR). Su validez en neumonía COVID-19 tiene una alta sensibilidad para predecir el fracaso de la terapia1 y se relaciona con una alta mortalidad (45,4%)2.
Respecto del denominador (FR) en el cálculo del IROX está descrita la diseminación neuronal retrógrada, transcripcional y hematógena como posibles vías de ingreso del SARS-CoV-2 al sistema nervioso central. De hecho, los centros respiratorios y cardiovascular del tronco encefálico, son potenciales objetivos del SARS-CoV-23. Los cambios en la sensibilidad de los quimiorreceptores periféricos de los cuerpos carotideos invadidos por SARS-CoV-2 pueden conducir a una respuesta ventilatoria no proporcional al nivel de hipoxia. Es posible que se desarrolle hiperexcitabilidad en algunos casos o desensibilización en otros. Por lo tanto, los cambios en la FR durante el uso de CNAF pueden no corresponder directamente con el trabajo respiratorio4.
Durante el síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) atípico que produce el SARS-CoV-2, los pacientes suelen mostrar una mecánica pulmonar relativamente bien conservada que no coincide con la gravedad de la hipoxemia. En este punto convergen varios mecanismos: la desregulación de la perfusión pulmonar y la vasoconstricción hipóxica, la «encefalopatía tóxica infecciosa» (hipoxia central) y la afectación del cuerpo carotídeo5 que además podría ser una ruta de invasión del sistema nervioso.
Consideramos que debemos ser cautelosos al emplear únicamente el IROX como predictor de éxito o fracaso en estos enfermos.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.