Los servicios de urgencias suponen un punto donde confluyen usuarios y profesionales teniendo cada uno de ellos una percepción distinta de las necesidades de los enfermos. Actualmente existe una gran controversia entre los que están a favor de la atención centrada en el paciente, defendiendo la presencia de familiares o acompañantes en todo momento, como Sutton et al.1, y los que creen que en determinados momentos de actuación urgente lo óptimo tanto para los profesionales como para los usuarios es la no permanencia de acompañantes, como Blättler et al.2.
Para aportar evidencias sobre esta cuestión, se realizó un estudio por encuesta en la Unidad de Urgencias del Complejo Asistencial Universitario de León, en el que 51 enfermeras/os y 31 técnicas/os en cuidados auxiliares de enfermería respondieron a un cuestionario de elaboración propia (PPEUCAB).
Las respuestas alcanzaron un alto grado de acuerdo, sin que aparecieran diferencias para el género, la edad, la categoría profesional o los años de experiencia laboral, en los 2 factores analizados: consecuencias negativas de la presencia de acompañantes, que alcanzó una media superior a 4,5 (escala de 1 a 5), y beneficios de la presencia de un único acompañante, con una media en torno a 3,5. Estos resultados son similares a los de Bañares3, quien señala que la presencia de familiares no beneficia a los pacientes ni facilita la labor del personal enfermero, y a los del estudio realizado en Gran Canaria, en que el personal de enfermería señala como los acompañantes interrumpen o atrasan el trabajo del personal y dificultan el descanso del paciente4.
Sería interesante comprobar si estas opiniones se reproducen en otros contextos –en otras unidades de urgencias, tanto con una organización similar (acceso libre de acompañantes) como diferente (acceso cerrado al público)–, y desde diferentes perspectivas –de otros profesionales, como pueden ser médicos o celadores–.
Pero si algo emerge claramente de los resultados es la necesidad percibida de encontrar soluciones al problema de la actual masificación de acompañantes en la Unidad de Urgencias del Complejo Asistencial Universitario de León. A pesar de su opinión contraria a la presencia de acompañantes, los profesionales también son conscientes de las necesidades de los pacientes y proponen diferentes vías de solución al problema. Para describirlas, se realizó un análisis cualitativo de las respuestas a la única pregunta abierta en la que se pedía información sobre posibles soluciones. Las/os enfermeras/os creen que las mejores soluciones son informar periódicamente a los acompañantes en una sala habilitada y cerrar la Unidad de Urgencias al público, y las/os técnicas/os en cuidados auxiliares de enfermería se centran en el control de acompañantes, permitiendo una única persona por paciente.
Las soluciones pasarían, pues, por remodelar el área de Urgencias de manera que se puedan controlar las puertas de acceso, permitiendo un único acompañante identificado, y adaptar un espacio que permita informar periódicamente a los acompañantes. Estas acciones, que, evidentemente, conllevan cierto coste, permitirán una atención más eficiente, incluso económicamente, puesto que disminuyendo las interrupciones también se reducirá el tiempo de estancia en la unidad y, por lo tanto, los costes.