Escudero et al.1 presentan un interesante artículo sobre la situación actual en España sobre la permisibilidad de la entrada de familiares a las visitas de un enfermo en la UCI. Anteriormente los autores han manifestado sus argumentos sobre este tópico2,3, al igual que otro grupo4, y mi persona5. El estudio muestra que el 90,2% de las unidades no permiten un horario abierto como puede ser comparado a las UCI en Suecia donde el 70% lo tienen.
Estos resultados nos invitan a varias reflexiones, claro que es cultural la forma en que una persona percibe a un paciente en la UCI, hay gente que es más tolerante, deseando entrar y salir de la misma sin ninguna restricción. En Iberoamérica tendemos a la socialización en extremo, aun en zonas restringidas como puede ser un hospital, esto pudiese interrumpir la adecuada rutina de atención del personal sanitario responsable del paciente.
La evolución natural de la modernidad es de ser más liberal y tolerante a reglamentos de carácter intra o extrahospitalario, pero para llegar al adecuado balance es necesario que la presentación de los hechos sea de forma gradual, abrir de un día para otro las visitas a un área hospitalaria de naturaleza restringida, podría acarrear en un principio más inconvenientes que beneficios.
Aunque es deseable en el futuro que las UCI sean de puertas abiertas, esta medida tendría que ser pausada y consensada.