En una interesante carta científica Garcipérez de Vargas et al. describen un caso de un paciente joven que sufre un bloqueo auriculoventricular (AV) completo que precisa del implante de un marcapasos transitorio de forma urgente1. Coincidimos con los autores en que la radioterapia (RT) hace años no permitía una apropiada preservación de los órganos críticos, por lo que la hipótesis de que esta terapia pudiera predisponer a un trastorno de conducción grave como el que describen es plausible.
Queremos, sin embargo, llamar la atención sobre el antecedente de ablación de una vía accesoria AV 4 años antes. Es ampliamente conocido el desarrollo de fenómenos de bloqueo AV completo tras la ablación con catéter en puntos cercanos al sistema específico de conducción, incluyendo la ablación de vías accesorias2. Aunque no tratamos de explicar el bloqueo AV por la ablación de la vía accesoria, puesto que esta complicación únicamente está descrita como bloqueo diferido 24 h después de la ablación3, sí consideramos que debería haberse enumerado entre las diferentes etiologías de bloqueo AV. Desconocemos si en dicha fecha se realizó un estudio electrofisiológico (EEF) completo que pudiera haber revelado alguna afectación de la conducción eléctrica a nivel intra o infrahisiano como efecto secundario a la RT. Aunque la utilidad del EEF completo antes de abordar la ablación en el síndrome de Wolf-Parkinson-White ha llegado a ser cuestionada4, en este paciente podría haber sido de gran ayuda. De hecho, si se hubiese detectado afectación en el sistema específico de conducción a nivel intra o infrahisiano la ablación probablemente debería haberse evitado, ya que la propia vía accesoria puede ser un mecanismo alternativo de conducción AV en casos de bloqueo AV avanzado5. Esto podría haber evitado la posterior necesidad de implantar un marcapasos a una edad tan temprana.
En definitiva, creemos necesario destacar la ablación con catéter como una de las potenciales causas de bloqueo AV completo, hecho conocido desde hace más de dos décadas2. Consideramos además que la realización de un EEF previo en un paciente donde probablemente el sistema de conducción se encontrase alterado en cierto grado podría haber cambiado la actitud terapéutica y su evolución posterior.