La epidemia de gripe de 2013-2014 en nuestro Servicio de Medicina Intensiva ha tenido mayor incidencia y gravedad que en años anteriores. Han ingresado 28 pacientes de los que han fallecido 7. En 6, la mortalidad estuvo directamente relacionada con comorbilidades orgánicas severas y en otra (una paciente con obesidad mórbida) con complicaciones del tratamiento con ECMO.
Como factores de riesgo destacables figura la obesidad en 14 pacientes (5 de ellos superaban los 120kg), enfermedad orgánica severa previa en 12 y embarazo en 2.
De forma notable hemos constatado que 8 de nuestros pacientes tenían antecedentes de estrés crónico o enfermedades psiquiátricas, principalmente trastornos bipolares, síndromes depresivos o esquizofrenia paranoide en tratamiento. Otros 12 pacientes tenían situaciones que habitualmente cursan con estrés psicológico, aunque no estaban siendo tratados con psicofármacos, como es el caso de algunos con obesidad mórbida, o enfermedades crónicas severas.
La asociación entre estrés psicológico, o enfermedad psiquiátrica, y alteraciones inmunitarias ha sido descrita desde hace años en la literatura médica. El estrés crónico se ha comprobado que inhibe las citocinas inmuno-protectoras tipo 1 (Th1), favoreciendo la producción de citocinas proinflamatorias tipo 2 (Th2)1. También se ha visto que el estrés crónico altera la respuesta inmunológica a la vacuna contra el virus de la influenza2,3, señalándose que podría incrementar la vulnerabilidad a la gripe4.
La mayor frecuencia de gripe A en personas con situaciones de estrés crónico o alteraciones psiquiátricas podría hacer aconsejable considerarlos como factor de riesgo5.
El Ministerio de Sanidad en sus recomendaciones sobre vacunación frente a la gripe para la temporada 2013-20146 señala la conveniencia de vacunar a las personas con trastornos y enfermedades que conllevan disfunción cognitiva como síndrome de Down, demencias y otras, pero no incluye como grupo de riesgo situaciones de estrés crónico psicológico como pueden ser los síndromes ansioso-depresivos, trastornos bipolares, etc.
Quizá de la misma forma en que se incluyó a las personas obesas y a las embarazadas en los grupos de vacunación antigripal, sea conveniente incluir también a las personas con alteraciones psiquiátricas o estrés crónico. Aun cuando sea difícil definir con claridad el estrés crónico, una posible aproximación sería recomendar la vacunación y el tratamiento antiviral precoz en las personas que están en tratamiento prolongado con psicofármacos, o con otras formas de psicoterapia.
Conflicto de interesesNinguno.