Arroyo Diez et al. presentan un interesante caso clínico sobre una paciente ingresada por hemorragia cerebral en la que se detecta un neumotórax iatrogénico secundario a la canalización de acceso vascular central. El registro Dúplex Transcraneal Codificado Color (DTCC) objetivó ausencia de onda diastólica, que se normalizó tras la inserción de un drenaje torácico1. Sin embargo, debemos destacar aquí que si bien el DTCC es una técnica ultrasonográfica muy valiosa que permite a pie de cama, en tiempo real y de modo simultáneo, el estudio ecográfico bidimensional del cerebro, la visualización en color de los vasos arteriales y venosos basales y el análisis del espectro doppler de los mismos, es fundamental para su adecuada interpretación conocer las características hemodinámicas del paciente2. No obstante, este dato que consideramos inexorable, desafortunadamente no es mencionado a lo largo del manuscrito y, por tanto, condiciona que el registro de DTCC no pueda ser interpretado de manera aislada sin conocer la situación hemodinámica de la paciente.
Más allá de que el método empleado por los autores fuera el DTCC, otra opción válida hubiera sido el uso de sonografía doppler transcraneal. Si bien esta última técnica es más compleja, ya que requiere de un entrenamiento apropiado tanto para la obtención del registro, como para la interpretación del mismo. Como toda prueba de flujo, presenta el mismo limitante que el DTCC, es necesaria la estabilización hemodinámica del paciente, así como conocer datos clínicos tales como fiebre, anemia, nivel de CO2, entre otros, para poder desarrollar una interpretación adecuada del registro obtenido3.
Con respecto a otros datos importantes a la exploración clínica general, que deberían haberse informado, consideramos que la frecuencia cardíaca y respiratoria, así como la saturación de oxígeno y la presencia de disminución del murmullo vesicular a la auscultación pulmonar son datos relevantes para este caso, debido a que un alto porcentaje de pacientes con neumotórax a tensión los exhiben alterados a la presentación4.
En definitiva, a pesar del interés que genera la imagen del DTCC del caso presentado, debemos señalar que el mismo adolece de esta información mínima necesaria, por lo que debemos ser prudentes a la hora de interpretar sus resultados. No obstante, coincidimos con el mensaje de los autores con relación a la necesidad de desarrollar técnicas no invasivas, a pie de cama, realizadas por los propios especialistas en medicina intensiva, que nos arrojen más información sobre los procesos fisiopatológicos que presentan los pacientes críticos.