La inteligencia artificial (IA) está cada vez más presente en el mundo médico, habiendo sido utilizada para: recomendaciones de tratamiento antibiótico1, sobre la posibilidad de escritura de artículos científicos2 o acerca de realizar altas a pacientes con buena evolución3.
Nosotros queremos resaltar el potencial papel de la IA a nivel docente. Entendemos que la docencia imbrica la traslación de los conceptos teóricos a la praxis. La «praxis» se puede desarrollar mediante simulación al permitir la «exposición reiterada» a los retos clínicos. Sin embargo, la comunicación efectiva de conceptos teóricos se encuentra dificultada: problemas de tiempo o de organización, sobrecarga asistencial o tareas científicas.
La incorporación de los fundamentos teóricos ha cambiado: acceso con internet a multitud de revistas médicas, aplicaciones que abordan sistemáticamente temas médicos (UptoDate) y aparición de recursos online (Free Open Access Medicine [FOAM]). En todas ellas el sujeto ha de buscar las respuestas, perdiendo tiempo y sin llegar necesariamente a la solución del problema. Este acceso a la información es el «habitual», pero no el «natural», ya que la curiosidad siempre se ha demostrado mediante la realización de preguntas a alguien capaz de disponer la información que se necesita saber (padres-hijos, adjunto-residente).
Quizá las circunstancias actuales del estudio teórico puedan superarse gracias a sistemas de IA basados en modelos de lenguaje natural (MLL). ChatGPT4 es un MLL que presenta numerosas innovaciones, siendo la más importante la adecuación de las respuestas a las preguntas emitidas inmediatamente, minimizando el lapso en la búsqueda y posibilitando un mayor tiempo de estudio. Permite una formación guiada por las respuestas que necesitamos, de tal manera que el estudiante pase a ser más activo en comparación con los métodos tradicionales.
Las limitaciones que presenta chatGPT podrían ser las siguientes:
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La calidad de la respuesta depende del tipo de pregunta. Mejores preguntas consiguen mejores respuestas.
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ChatGPT presenta «conocimiento acumulado» hasta 2021.
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Se tiene que considerar como un complemento y no como un sustituto de las técnicas habituales, debido a que aún está en una fase de pruebas.
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Buena herramienta para el desarrollo de conceptos teóricos. Peor herramienta para desarrollar la toma de decisiones.
Presentamos ejemplos sobre búsqueda de información que podría hacer un residente joven que estuviese interesado en aprender sobre enfermedad traumática (ver material suplementario).
En nuestro uso hemos apreciado lo siguiente:
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Interesante la interacción con la bibliografía (selección de artículos, síntesis de artículos, otras referencias, críticas).
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Permite realizar «simulación online» sirviendo como guía para explorar diferentes escenarios clínicos.
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ChatGPT está «dotado de prudencia», por lo que presenta respuestas poco concluyentes en aspectos éticos, culturales u organizacionales.
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Encontramos discordancia en cuanto a las respuestas que ofrece en escenarios complejos. Es capaz de proponer una resecuenciación de la atención inicial pero no desarrolla adecuadamente una parada cardíaca traumática.
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Encontramos también que es una IA «poco confrontativa», lo que disminuye la capacidad docente.
La IA va a cambiar la manera en la que buscamos la información, lo que va a generar oportunidades docentes que debemos investigar.
Contribución de los autoresTodos los autores han trabajado en la redacción del texto y han interaccionado con la inteligencia artificial chatGPT.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.