Sr. Director:
Hemos leído con interés la carta de Gómez et al1 publicada recientemente en su revista. En ella se describe el caso de una mujer afectada de colangitis aguda, múltiples abscesos hepáticos y trombosis portal. El autor comenta la necesidad de instaurar de forma temprana tratamiento anticoagulante cuando la colangitis se complica con tromboflebitis séptica portal (pileflebitis) y trombosis, ya que se debe evitar la progresión de ésta hacia el territorio de la vena mesentérica superior y la isquemia intestinal secundaria.
Aunque, efectivamente, esta complicación puede sobrevenir en la evolución de la pileflebitis, el tratamiento anticoagulante no está exento de riesgos y su uso sistemático en pacientes con pileflebitis debe considerarse cuidadosamente.
En los últimos años se han publicado diversos estudios que analizan la utilidad de la anticoagulación en la pileflebitis. Plemmons et al2 estudian 19 casos y no encuentran un claro beneficio atribuible al uso de heparina y lo mismo les ocurre a Singh et al3 en una serie de 8 casos publicada recientemente. Baril et al4, en la serie más amplia publicada, analizan el efecto de la anticoagulación tras estudiar la evolución de 44 pacientes con pileflebitis y opinan que es útil siempre que exista asociado un estado de hipercoagulabilidad, y posiblemente cuando se demuestra una trombosis venosa mesentérica, pero consideran que puede ser innecesaria en el resto de casos. Junto con estos estudios se han publicado algunos trabajos que describen casos aislados o dos a lo sumo, como el trabajo de Knockaert et al5 al que se refieren Gómez et al1 en su carta, pero en el momento actual no existen estudios prospectivos, aleatorios y controlados sobre la materia en cuestión.
En nuestra opinión las indicaciones de tratamiento anticoagulante en la pileflebitis no están claramente establecidas y consideramos que no hay suficiente evidencia científica para recomendar la anticoagulación en todos los casos de pileflebitis.