Queremos agradecer, en primer lugar, los comentarios y el interés mostrado por Gil V.1 por nuestro trabajo2 y, en segundo lugar, al editor, por ofrecernos la posibilidad de réplica. Es verdad que en nuestro trabajo no recogimos el modelo de ventilador, si bien sabemos que eran todos ventiladores específicos para ventilación no invasiva, donde la programación de los parámetros puede resultar diferente entre modelos, pero como bien comentan, siempre el apoyo ventilatorio viene dado por la presión soporte resultante de la programación. Con relación a los valores EPAP (expiratory positive airway pressure) y CPAP (Continous Positive Airway Pressure), su significado mecánico es diferente, y es cierto que podría haberse separado esta variable en la tabla, por lo que mostramos dichos resultados por separado a continuación. Los valores de CPAP (cmsH2O), media (DE) fueron 7,36 (2,20) en el grupo VNI-SUH (ventilación no invasiva en el servicio de urgencias hospitalario) < 12 horas y 6,71 (1,98) en el grupo VNI-SUH 12 ≥ horas, valor p = 0,526; para la EPAP (cmsH2O), media (DE) fueron 6,67 (1,45) en el grupo VNI-SUH<12 horas y 6,36 (1,12) en el grupo VNI-SUH 12 ≥ horas, valor p = 0,223.
Respecto a las variables relacionadas con la situación clínica y gasométrica, esta última se recogió y se optó por agruparlas en el tipo de insuficiencia respiratoria aguda, el análisis específico de los datos gasométricos, de presión arterial de oxígeno, dióxido de carbono y pH no mostró diferencias significativas entre los dos grupos comparados. No se recogió específicamente el mal control de secreciones o el rechazo a la interfase.
Uno de los aspectos destacados del registro VNICat (ventilación no invasiva en Cataluña)3 fue la constatación de que solo un 17% (n = 27) de los casos reclutados, se derivaron a unidades de hospitalización con la ventilación no invasiva todavía instaurada como terapia de soporte respiratorio. Esta circunstancia parece habitual en los servicios de urgencias, como muestran otros trabajos de nuestro entorno4. Es verdad que podemos asumir esta situación como un fracaso, pero no de la técnica, que es lo que nosotros valoramos en el estudio, sino de la organización de los flujos en los centros participantes. Es por ello fundamental lo comentado en la conclusión, donde destacamos que se hace necesario estandarizar los flujos de estos pacientes, en función de los recursos, para asegurar una correcta transición. Seamos todavía más críticos, esto no debería ser en función de los recursos disponibles, sino que, como profesionales referentes, tenemos que reclamar la existencia de estos recursos5.