Hemos leído con interés el artículo de González-Romero et al.1, en el que describen la importancia de la formación del personal de las unidades de cuidados intensivos (UCI), con relación a la adquisición de conocimientos sobre autoprotección en el entorno hospitalario. Al hilo de sus reflexiones, y desde nuestra experiencia, quisiéramos ahondar en la importancia que tiene para la organización una adecuada gestión de los recursos materiales y humanos de las UCI, con el fin de responder eficazmente ante eventuales situaciones de urgencia que requieran una actuación con traslado o evacuación de pacientes y, en todo caso, garantizar la seguridad y la salud de pacientes, trabajadores y visitantes.
Un estudio reciente ha puesto de manifiesto que en los hospitales del sistema público de salud de Suecia existe riesgo elevado para los pacientes en caso de incendio y evacuación de la UCI2. Además situaciones acaecidas con anterioridad en otros hospitales3,4 han puesto de manifiesto el desconocimiento del personal sanitario de las normas de actuación a seguir en situaciones de urgencia, motivado por la falta de formación y de un adiestramiento adecuado.
Un liderazgo claro durante la fase de implantación y divulgación del plan de autoprotección (PAP) es de capital importancia, siendo a su vez imprescindible que el personal esté implicado y participe activamente en el desarrollo y planificación de los procedimientos a seguir en función de las contingencias. Programar y ejecutar actividades de divulgación e implantación, incluida la información y formación, así como la realización de auditorías e inspecciones garantizan una adecuada implantación y seguimiento del PAP.
Esta contribución pretende enfatizar el riesgo real que existe en todas las UCI de todos los hospitales del Sistema Nacional de Salud español, y para garantizar la efectividad del PAP en el tiempo, es necesario realizar revisiones de los medios técnicos, posibilitar el reciclaje de la formación de los medios humanos, y comprobar la operatividad del plan mediante simulacros periódicos.
Las organizaciones sanitarias deben ir más allá del cumplimiento de la normativa vigente, y orientarse hacia un modelo de sistema proactivo para consecución de una seguridad integral, a través del desarrollo de sistemas de gestión5 que aborden procedimientos y procesos que garanticen la protección en materia de seguridad y salud de los usuarios y profesionales sanitarios.