Sr. Director:
El estrés del paciente crítico está originado, no sólo por el dolor físico o la incapacidad para poder moverse o comunicarse con el exterior, sino también por la inadecuada información que se le ofrece y la escasa preocupación por los aspectos psicológicos que le afectan1-4. El objetivo de este estudio era valorar el grado de satisfacción de los pacientes ingresados en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), respecto a la información y los cuidados recibidos y si esta percepción cambia dos meses después. Para ello llevamos a cabo un estudio prospectivo, descriptivo durante 6 meses, en la UCI polivalente del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, con adultos que fueron dados de alta a planta de hospitalización. Se excluyeron los pacientes extranjeros, los ingresos de estancia inferior a 48 horas, y con una puntuación de Glasgow Coma Score inferior a 15 al alta. Se realizó una modificación de la encuesta personal de satisfacción de la Society of Critical Care Medicine Family Needs Assessment5, acerca de los cuidados, información y empatía con el personal, en el momento del alta; se repitió la misma encuesta, telefónicamente, dos meses después (tabla 1).
Se incluyeron 83 pacientes, con una estancia media en UCI de 4 días, una puntuación Apache II media de 7, una puntuación media TISS-28 al alta de 12,56. El 84% de los pacientes ingresaron por causa cardiovascular y un 7% fueron politraumatizados. El grado de satisfacción sobre los cuidados médicos y de enfermería fue adecuado para el 95% de los pacientes. Sobre el lenguaje utilizado a la hora de la información, el 54% opinó que se utilizó un lenguaje muy técnico. Para casi todos los pacientes los médicos fueron amables, pero a un 38% nunca les preguntaron si necesitaban o les preocupaba algo; este mismo hecho lo observamos con el personal de enfermería. Cuando surgía alguna duda el 12% no preguntaban nunca. Un 96% de los encuestados estaban seguros de haber recibido el mismo tratamiento que habrían recibido en otros hospitales. Al 14,5% nunca se les informó antes de aplicarles un procedimiento y al 36% no se les solicitó su autorización a la hora de llevar a cabo los mismos. El 81% consideraban el tiempo de visita como suficiente (2 horas al día). El 82% nunca tuvo sentimientos de miedo o de angustia durante su estancia en la UCI. Un 81% no conoció el nombre de su médico y el 65% el de su enfermera. Un 2,4% de los pacientes aseguró que no volvería a ingresar en la UCI si lo necesitase. La encuesta se pudo repetir a los dos meses a 61 pacientes, no encontrándose diferencias significativas en las respuestas, salvo en el empleo de tecnicismos, que era peor valorado al alta que a los dos meses, y en la autorización sobre las técnicas practicadas, que a los dos meses fue valorado de forma más positiva.
En conclusión, la mayoría de los pacientes estaban muy satisfechos con el tratamiento y los cuidados aplicados en la unidad, y persistía esta satisfacción a los dos meses del alta. Detectamos la necesidad de mejorar en diversos aspectos, como el conocimiento por el paciente del nombre de su médico y de su enfermera, el interesarse por los problemas o los sentimientos de los pacientes y el reforzar la información sobre los procedimientos a realizar solicitando su consentimiento previo; todo ello incrementaría la calidad percibida por el paciente.