Galeiras Vázquez et al. realizan una excelente revisión de la lesión medular postraumática, sin embargo no estamos de acuerdo en la recomendación de la utilización preferente del Airtraq® como dispositivo alternativo a la laringoscopia directa, ni en la afirmación de una falta de evidencia de la utilidad de otros dispositivos1.
Avalan el empleo del Airtraq® en un metaanálisis de 24 ensayos que comparan dispositivos alternativos a la laringoscopia con pala Macintosh2. En todos ellos el operador es un anestesista experimentado y ninguno incluyó pacientes con intubación difícil esperada; ambos hechos distan del escenario clínico habitual de la lesión medular postraumática: politraumatismos con necesidad de aislamiento de la vía aérea en el entorno extrahospitalario o servicios de urgencias hospitalarias por médicos no anestesiólogos y en los cuales el carácter urgente de la situación y las condiciones fisiológicas adversas convierten su vía aérea en extremadamente difícil. Además una limitación evidente y descrita en este dispositivo, y en los videolaringoscopios en general, es la pérdida de visualización a causa de sangre y secreciones que ocupen la lente, hecho frecuente en estos pacientes.
En contraposición a todo esto la mascarilla laríngea para intubación Fastrach™ está ampliamente extendida en todos los servicios de emergencias extrahospitalarios y hospitalarios con múltiples estudios que demuestran una alta tasa de éxito en la ventilación e intubación a ciegas a su través por parte de personal tanto médico como no-médico con y sin entrenamiento previo3.
De los 24 ensayos incluidos en el citado metaanálisis solo el de Gercek et al.4 incluye la Fastrach™ y demuestra un menor movimiento de la columna cervical y un menor tiempo de intubación que la laringoscopia directa; destacando su utilidad en el manejo de la vía aérea en la lesión medular cervical.
Hasta la fecha las revisiones que desaconsejan el empleo de dispositivos supraglóticos ante una potencial o demostrada lesión medular cervical se basan en las conclusiones del estudio de Keller et al.5 que muestra que ejercen un aumento de presión contra las vértebras cervicales. El estudio se realizó con 20 cadáveres y como los mismos autores afirman este modelo no es superponible a las condiciones fisiológicas por una menor temperatura y mayor rigidez de la musculatura faríngea. A esto debemos añadir nosotros que en todos ellos se empleó una Fastrach™ talla 5 (recomendada para un peso de 70-100kg) cuando los autores describen un peso en su población de estudio en el rango de 50-93kg. Esto se traduce en un número indeterminado de casos en los que se está empleando un tamaño mayor al indicado con el consecuente riesgo de lesión de los tejidos y fallo de la intubación y probablemente un factor más a contribuir en los resultados desfavorables del citado estudio.
La mascarilla laríngea para intubación Fastrach™ nos parece un dispositivo de uso extendido y seguro a emplear para la ventilación e intubación del paciente con lesión medular cervical sospechada o demostrada.