Los medios de comunicación clásicos están siendo desbancados a gran velocidad por diferentes plataformas de redes sociales (RRSS), accesibles a través de Internet y de nuestros dispositivos móviles, en cualquier lugar y en cualquier momento. El tráfico de datos, conocimientos y oportunidades formativas que generan, se presentan ante nosotros como un amplio abanico de posibilidades, que pueden llegar a parecer ilimitadas.
En sectores no ligados al mundo de la salud, las RRSS han servido de escaparate publicitario para las empresas, sin precedentes en efectividad y a bajo coste.
En el ámbito sanitario, también estamos expuestos a ejemplos que, aunque tuvieran una finalidad docente, distan mucho de cumplir el marco regulatorio. Teniendo claras estas normas básicas, desde el campo de la salud, no podemos permanecer al margen de esta revolución tecnológica1. De una forma u otra, todos hacemos uso de las RRSS en el terreno personal; sin embargo, los profesionales sanitarios nos hemos mantenido reacios a utilizar estos medios en el ámbito profesional, bien por desconocimiento, bien por falta de herramientas suficientes para su desarrollo, a pesar de los beneficios teóricos que pudieran aportarnos2,3. Incluso la propia divulgación de trabajos científicos puede verse favorecida cuando sus contenidos son difundidos por estos medios4,5.
Este marco teórico, extrapolado a las unidades de cuidados intensivos (UCI), puede suponer una lanzadera idónea para incrementar nuestra visibilidad. Alcanzar mayores tasas de credibilidad y confianza en nuestras actuaciones depende, en mayor o menor medida, de la imagen que la sociedad tenga de nosotros, máxime en medio de la trágica pandemia que estamos viviendo. Además, esta tecnología nos abre una puerta de comunicación bidireccional, tanto con los pacientes como con sus familiares, que podría emplearse para adaptarnos a sus necesidades y reflexiones. Por otro lado, nuestro trabajo, que en muchas ocasiones se beneficia de una visión multidisciplinar y multicéntrica, puede encontrar en las RRSS una forma de fomentar alianzas y trabajos transversales colaborativos.
En nuestro entorno existen profesionales y UCI que están lanzándose a este terreno. Los resultados son aparentemente positivos, aunque no se está haciendo un análisis detallado del impacto de estas estrategias, a pesar de existir diferentes formas de medirlo.
Desde las áreas de medicina intensiva no podemos mantenernos alienados de esta realidad, sobre la que debemos formarnos y prepararnos para no quedar desfasados respecto a nuestros pacientes y ciudadanos. Vivimos un momento importante para nuestra especialidad. Lamentablemente, la pandemia por SARS-CoV-2 ha situado a las UCI en un nivel crítico de ocupación y nuestro trabajo se ha intensificado hasta límites desconocidos. A la par, se ha generado una visión positiva alrededor de nuestra especialidad, y son diarias las referencias hacia nuestras unidades y la labor que desempeñamos. Debemos ser capaces de sacar aspectos positivos de la peor crisis sanitaria global que se recuerda: fortificar la imagen favorable percibida por la sociedad, promover una adecuada divulgación científica y aumentar la sensibilización hacia nuestra labor. Y para ello, el adecuado uso de las RRSS va a ser fundamental en los años que han de venir.
FinanciaciónLos autores declaran la no existencia de financiación externa con relación al presente artículo.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener conflicto de intereses con relación al presente artículo.