Agradecemos el interés y los comentarios de Sánchez-Pastor et al. sobre los resultados preliminares de la fase piloto del registro nacional de trauma en las unidades de cuidados intensivos (RETRAUCI)1,2. El RETRAUCI se ha consolidado como referencia en nuestro medio y dispone en la actualidad de casi 6.000 datos de pacientes con enfermedad traumática aguda, con 49 hospitales participantes y 102 investigadores, con implantación a nivel nacional.
Puesto que la activación prehospitalaria no es una variable que se recoja en nuestro registro y los criterios de activación difieren entre los centros participantes, no podemos conocer en cuantos pacientes de los 2.242 incluidos en la fase piloto se recibió una activación prehospitalaria. El código de activación prehospitalaria estaba presente en 10/13 (76,9%) de los centros participantes en la fase piloto, que incluyeron a un total de 2.030/2.242 (90,5%) de los pacientes registrados.
En cuanto a la procedencia de los pacientes, creemos que los autores no han entendido lo que refleja este apartado, que indica la procedencia de los pacientes cuando ingresan en la UCI. La procedencia extrahospitalaria (816 pacientes, un 36,9%) se refiere a pacientes que llegan directamente a la UCI desde el medio extrahospitalario sin pasar por los servicios de urgencias. La procedencia de urgencias (784 pacientes, un 35,4%) se refiere a pacientes que son atendidos en los servicios de urgencias antes de llegar a la UCI. En ambos casos la mayoría de pacientes fueron trasladados por los servicios de emergencias extrahospitalarias. Por ello, más que una diferencia epidemiológica en cuanto a las características de los pacientes, este punto refleja la variabilidad y no un déficit en la organización de los sistemas de atención a los pacientes con enfermedad traumática grave en nuestros centros.
Más interesante nos parece la discusión respecto a los pacientes ancianos. Es bien sabido que el perfil epidemiológico de la enfermedad traumática grave está cambiando, y un reciente estudio de nuestro grupo mostró diferentes patrones lesionales en función de incrementos de edad en intervalos de 10 años3. Los pacientes ancianos presentaron con mayor frecuencia mecanismos de baja energía complicados por el empleo habitual de fármacos antiagregantes y anticoagulantes, además de un mayor número de atropellos3. En la fase piloto de RETRAUCI la población anciana (≥65 años) constituyó un 21,8%%. En cuanto a la atención prehospitalaria destaca un mayor porcentaje de pacientes sin atención médica o con ambulancia no medicalizada (tabla 1).
Tipo de atención extrahospitalaria en los pacientes incluidos en función del grupo de edad
<65 años | ≥65 años | |
---|---|---|
No hubo atención, (%) | 192 (8,6) | 70 (14,9) |
Ambulancia no medicalizada, (%) | 229 (10,3) | 58 (12,3) |
UVI móvil, (%) | 1.551 (69,7) | 285 (60,6) |
Helicóptero, (%) | 207 (9,3) | 40 (8,5) |
Desconocido, (%) | 46 (2,1) | 17 (3,6) |
La literatura es clara en que los pacientes ancianos sufren infratriaje a centros de referencia o centros de trauma4. Un manejo más agresivo en el triaje trasladando a estos pacientes a centros de referencia que atienden a un mayor número de pacientes traumáticos ancianos se ha asociado a una mejoría en términos de supervivencia5. Sin duda, el manejo adecuado de esta población constituye un reto en los próximos años.
FinanciaciónEl registro contó con subvención por parte de la Fundación Mutua Madrileña durante 3 años para el desarrollo de una herramienta de recogida de datos online concedida al investigador principal del proyecto (Dr. Chico-Fernández, N.° referencia: AP117892013) en representación del GT Neurointensivismo y Trauma de la SEMICYUC.